La nueva PPTVE ha cubierto su programación con “rubias tontas”. El modelo de mujer de nuestra derecha ya no es la morena castiza y decente, sino una blonda insulsa, aseada, aséptica y dispuesta a transmitir las noticias o a moderar debates con asepsia. No es momento de debatir aquí si teñidas o no. Las morenas combativas con criterio (Ana Pastor), las profesionales con cierta personalidad (Pepa Bueno) sobran en esta televisión que es como las de Franco, sí señor, que el ente público nunca debe meterse en política. Así, cuando te levantas te desayunas con una señorita educada y sonriente que canaliza las opiniones previamente cocinadas dentro de una tertulia domesticada, descafeinada… Siguen luego magazines con féminas de parecido corte más allá del color del pelo. La programación vespertina se cubre toda ella con Anne Igartiburu, también rubia y muy adecuada para cubrir el alto voltaje de contenidos del corazón que desfilan, que eso también es crónica de la realidad candente. Además el pueblo tiene que olvidar con glamur y lentejuelas las penas cotidianas…
A la hora del telediario (mejor llamarlo ahora “parte”) aparece otra rubia anodina que lee lo que el equipo de redacción le ha cocinado, como si fuera una receta oiga. Uno se pregunta qué ha cambiado desde la televisión del franquismo, única, grande y libre… Pues posiblemente que ahora las mujeres son rubias, aunque ni eso porque entonces también estaba Marisa Medina…
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