Antonin Artaud está en el Reina Sofía. No es extraño siempre lo quisieron encerrar en un psiquiátrico y en el mamotreto hospitalario de Sabatini se siente hasta cómodo. Allí ve cómo sus locas intuiciones, su obsesión por el lenguaje tuvo ecos en las mentes más rebeldes... Artaud desenmascaró la impostura de la psiquiatría y ahora está sorprendido por lo que ocurre a unos metros de su nuevo encierro en el MNCARS...
En la Carrera de San Jerónimo la asamblea que representa al pueblo lleva meses blindándose del pueblo. Hay miedo en los políticos, porque el pueblo está cabreado. Qiuzá no entiende que ellos trabajan para "salvar el país"... ¡Qué irracional es el pueblo!, menos quejas y más asumir el sufrimiento, que para algo nos sirve el legado judeocristiano. Al pueblo hay que educarlo, por eso el Gobierno ha reformado la ley de Educación imponiendo mano dura y respeto, pero también subiendo las tasas, que no todo el mundo tiene que ser ingeniero o informático. Necesitamos aprendices y albañiles, que si no vendrán de Ecuador.
Antonin Artaud escucha lejanamente todos estos razonamientos de los políticos en el Congreso. Según él su malos prestidigitadores del lenguaje. Es un déjà vu desagradable. Prefiere segir en su clausura museística, a resguardo de tanta racionalidad.
Una tarde Artaud oye el clamor de una manifestación en la vecina glorieta de Neptuno. Las masas claman contra la política del Gobierno y quieren cercar el congreso porque piensan que la cámara ha dejado de representarles.1400 policías blindan los alrededores y acosan a "6000 manifestantes" (datos del Gobierno: 1 polícía para cuatro "subversivos": una bicoca). A la mínima provocación -en la que también intervienen agentes disfrazados de manifestantes- la UIP carga indiscriminadamente. Blinda la zona e incluso desdiende a los andenes de Atocha atemorizando a los viajeros. El Gobierno apoya la acción, es lo más sensato y racional, porque hay que preservar la imagen de España (al día siguiente el prestigio democrático del país represor está por los suelos en la prensa internacional y vuelven imágenes del franquismo). Rajoy sale desde NY en defensa de los ciudadanos sensatos que están en sus casos, que se resignan y sacrifican. Ellos son el sentido común, por ellos se fuma un puro. En honor a esa racionalidad de los ciudadanos callados se aprueban unos presupuestos que se comen los intereses de la deuda, con criterio sensato amedrentaron a los potenciales manifestantes con unos cargos que la Audiencia Nacional ve inexistentes, con sentido común envían una delegación de militares y guardias a Lourdes (solo ha costado 13.000 euros), por eso conceden la Orden de la Guardia Civil a la Virgen del Pilar...
Artaud mira todo esto y confirma que es mejor seguir inmerso en la locura.
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