Ya era hora de que llegara un gobierno que oye la voz del pueblo, no el demoscópico, sino el auténtico, el de nuestras tabernas y calles soleadas. Por fin esas soluciones que a menudo oigo en un bar de un pueblo de la Castilla profunda (provincia de Madrid) están siendo seguidas por el castizo ejecutivo de Rajoy...:
Ya era hora de que se acabara tanto despilfarro (ya se sabe, la economía es la cuenta de la vieja y aquí se ha tirado mucho…), ya era hora de que se acabara el chollo de los parados y de que cobraran el subsidio sin más (que vayan a picar o a limpiar montes), ya era hora de que los emigrantes no se beneficien de una Seguridad Social que pagamos los españoles, ya era hora de pararles los pies a los catalanes (sus manifestaciones las tomaremos como eso, algarabías de gamberros), y de meter en cintura a los proetarras, ya era hora de pagar a tanto diputado que sobra (los de izquierda todos), ya era hora de meter en cintura a los sindicatos, ya era hora de gritar sin complejos eso de “soy español, español, español” a los cuatro vientos (hasta en las jodidas provincias vascongadas), ya era hora de acabar con las putas que quieren abortar, ya era hora de que echen los toros en TVE, que es la fiesta nacional joder, y las misas retransmitidas y la procesión del Corpus, ya era hora de imponer autoridad y disciplina en las escuelas, ya era hora de limpiar de intelectuales la radio y la televisión públicas, ya era hora…. Estamos en la ruina, no tenemos futuro, pero por fin se escucha la voz del pueblo: ¡¡¡Vivan las caenas!!!
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