No ha cambiado tanto España respecto al franquismo predesarrollista. Si analizamos las intervenciones de políticos actuales (el Gobierno de Rajoy es una inagotable cantera) llegaremos a la conclusión que van firmando piezas irrepetibles de esperpento ibérico. Una de las más relevantes, la que protagonizó María Dolores de Cospedad, la dama maquiavélica que nunca pierde la compostura pero que la gran falacia del caso Bárcenas la ha hecho protagonizar uno de los remakes más conseguidos del célebre parlamento del alcalde de Villar del Río desde el balcón del Ayuntamiento en Bienvenido Mr. Marshall (Luis García Berlanga, 1953).
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