Ayer por la tarde el proyecto más ambicioso del Real Zaragoza terminó de naufragar del todo. Al igual que la flota enviada por Felipe II a las islas británicas, de la expedición del Zaragoza enviada al archipiélago Balear no quedan apenas cuatro tablones.
El último partido de la campaña del Zaragoza estuvo a punto de suspenderse por la lluvia, pero finalmente se acabo disputando una hora después de lo programado. Podrían culpar del resultado a las condiciones metereológicas, o al cambio de hora o a que a la Virgen del Pilar, como a las mujeres de antes, no le debe de interesar demasiado el fútbol, pero lo cierto es que el Mallorca también jugo sobre mojado y se acabando llevando el partido. Sin embargo en el Real Zaragoza llueve sobre mojado y ayer volvió a perder, cerrando así una horrible temporada que recuerda a ese descenso donde el “Toro” Acuña terminó dando patadas y revolcones a un espontaneo. Pese a desembolsarse la mayor inversión de su historia al principio de la campaña, por aquel entonces se miraba a Europa, al final hemos terminado perdiendo la permanencia. Pese a todo lo que haya podido diluviar en este 2007\08, lo que saca a relucir los números es que el club ha tenido una horrible gestión tanto en lo que atañe a lo económico como a lo deportivo.
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