lunes, 30 de agosto de 2010

Nuevas herramientas el mismo problema.


Cuando hace unos días descubrí este video en la red, lo primero que me sorprendió es el increíble tino que tuvo Isaac Asimov a la hora de pronosticar la utilización de Internet en el futuro. Tras esa primera reacción pensé que ese vaticinio era demasiado optimista, el pobre Asimov no pudo llegar a ver que esas "bibliotecas" también se convertirían en un batiburrillo de redes sociales, promiscuas opiniones y porno a la carta. Una herramienta más utilizada para el narcisismo y el onanismo que para el “aprendizaje voluntario”. ¿Cómo uno de los mejores escritores de ciencia ficción de todos los tiempos no vio el lado distópico de su utopía? Quizás tenía demasiada fe en el ser humano, o quizás estas cosas sólo se ven a toro pasado.

En cualquier buen relato de ciencia ficción que se precie podemos ver que el progreso científico no implica siempre el progreso social; los peligros del progreso científico sin un progreso “humanístico” que lo acompañe, no sólo los hemos constatado a través de la ciencia ficción, sino que la historia también ha sido un buen ejemplo de ello. El individuo necesita un buen criterio previo para utilizar las herramientas de forma adecuada. Lo importante de la educación es formar personas con criterio: ésa es la verdadera utopía. Ahí es donde se equivocó Asimov, pensar que el acceso a Internet  supondría la democratización de la educación, sería tan inocente como pensar que si yo tuviera un Stradivarius en mi casa me convertiría en la reencarnación de Pagganini antes de apuntarme al conservatorio.



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